Los museos como lugares de encuentros
Desde los ámbitos académicos se ha pensado
al Museo como un lugar de contemplación, inspiración y de poesía, de allí su
significado como “el templo de las musas”. Sin embargo muchas veces se ha
considerado al museo solo como el lugar para admirar el arte y las colecciones
públicas y privadas, tesoros artísticos o históricos, reservados desde un
principio con afán de prestigio social o propaganda política como predominio de
una cultura sobre otra.
Es en el año1947 cuando la I.C .O.M. (International
Council of Museums), Concejo Internacional de Museos, organismo no
gubernamental asigna una primera definición de
“museo” como “la institución permanente que conserva y
expone colecciones de objetos, de carácter cultural o científico, para fines de
estudio, educación y deleitación”. Esta enunciación fue más tarde ampliada
en varias oportunidades, agregando cinco roles básicos que conforman la razón
de ser de dichos sedes culturales: conservar, exhibir, adquirir, investigar y
educar. De esta manera a partir de 1972 se define al museo como en actualidad y
se aplicaría para todos los museos del mundo:
“una institución permanente, no lucrativa,
al servicio de la sociedad y su desarrollo, abierta al público, que adquiere,
conserva, investiga, comunica y exhibe, con propósitos de estudio, educación y
deleite, la evidencia tangible e intangible de los pueblos y su entorno”.
(I.C.O.M. International Council of Museums. 1972), Sugiriendo de esta manera
que un museo cumple tres funciones importantes: científica, educativa y social. Nuestro enfoque estará puesto en la
función social de los museos.
-
Favorecer
la participación activa de la comunidad y desempeñar su papel de fuente de
educación y mediador cultural al servicio de la sociedad.
-
Ser
pensado como un espacio de construcción social. Porque es el lugar donde no
solo se exhibe el testimonio del hombre y su medio, sino que representa la
identidad de la comunidad local.
-
Promover
el conocimiento y la gestión del patrimonio cultural en y con la comunidad.
Asimismo la idea de museo integral con una visión interdisciplinaria aparece en 1972, y se
manifiesta junto con la idea de una Nueva Museología en un encuentro en
Santiago de Chile" organizada por el ICOM. Allí se reafirma por primera
vez la función social del museo en rescate del patrimonio cultural y en general
la utilización de la museología como un instrumento de desarrollo local y
social.
En este sentido aparece una nueva forma de
pensar al museo como “un instrumento que
un poder público y una población conciben, fabrican y explotan conjuntamente.
Dicho poder, con los expertos, las facilidades, los recursos que él le
proporciona. Dicha población, según sus aspiraciones, su cultura, sus
facultades de aproximación. Un espejo en el que esa población se mira, para
reconocerse en él, donde busca la explicación del territorio al que está unido,
junto al de las poblaciones que la han precedido, en la discontinuidad o la
continuidad de las generaciones. (Riviere, 1989).
Un espejo que esa comunidad presenta a sus huéspedes, para
hacerse comprender acerca de la
expresión del hombre y la naturaleza. El hombre es allí interpretado en
su medio natural.
Los museos forman parte de un producto
turístico y cultural pero también de la construcción social de una comunidad
mediante la recolección y apropiación de
los hechos y fenómenos culturales que le
pertenecen e identifican. La
conformación de los espacios expositivos y narrativos detrás de las paredes de
los museos guarda una relación dialéctica el contenido del espacio y observador
e intérprete, viajero o habitante de la
localidad que observa desde dentro y desde afuera estos espacios.
Desde las prácticas turísticas en los museos se
sugiere a menudo que la actividad tiende a destacar ciertas memorias más que
otras, brindando versiones que muchas veces responden más a una lógica
comercial que a la expresión de una identidad. Todos sabemos que la mayoría de
los visitantes quieren algo más que autenticidad, entendiendo por ésta la referencia
a los elementos que efectivamente forman parte de la historia. Creemos que el
turista desea experiencias que superen la realidad para alimentar sus fantasías
y siguiendo esta lógica solemos dar énfasis al sensacionalismo (por ejemplo,
los atroces crímenes del “petiso Orejudo”...) y a temas atractivos aunque nunca
comprobados, como el supuesto paso de Carlos Gardel por el Presidio de Ushuaia.
Así se descuida la veracidad de las
versiones.
Tierra del Fuego es un lugar de arraigos y
desarraigos, encuentros y desencuentros, de fronteras y de integración. Los que
vivimos aquí tenemos el privilegio de encontrarnos con un álbum de relatos interesantes acerca de la historia de
nuestro lugar. Las personas que intervienen con sus recuerdos y sentimientos también
forman parte de nuestra identidad.
Tenemos la oportunidad de relevar esta
información, rescatando su valor histórico y social. Nuestra función de pensar
el pasado y su relación con el presente debería ocupar el primer lugar en
nuestros trabajos monográficos y académicos. Los alumnos de turismo deberíamos
pedir ayuda a los antropólogos e historiadores que se esfuerzan por establecer
nuevas relaciones, sugerir nuevos significados.
Consecuentemente
Tierra del Fuego como destino turístico y comunidad de destinos, de emigrantes
y de viajeros; tiene carácter de
constelación, conjunto de conocimientos, sistemas de
significados, habilidades y formas de expresión simbólica que corresponden a
esferas diferentes de la cultura. A través del turismo, a manera de experiencia
social, sirve como punto de conexión para encuentros del otro y los otros, por
lo tanto el reconocimiento del nosotros.
Consideramos que los museos deben tener la
capacidad de definir y redefinir su función con su propio personal, la comunidad
científica y educativa y de capitalizar el saber de sus visitantes residentes y
de viajeros.
En definitiva,
imaginamos propone una práctica turística distinta.
“Tal vez una de nuestras tareas más urgentes sea volver a aprender a
viajar, en todo caso, a las regiones mas cercanas a nosotros, a fin de poder
aprender nuevamente a ver”. (Auge
2005).